Mi padre disfrutaba en su casa de Olmeda de las Fuentes, con sus amigos. Gustaba de las buenas comidas y los grandes vinos alargando las sobremesas con animadas conversaciones.

Soñaba con dejar la gran ciudad y reencontrar las cosas sencillas, retornar a las costumbres perdidas y disfrutar de los productos auténticos de la tierra.

Mi padre buscaba el principio, el origen, el pueblo.

Con nostalgia recordaba se juventud, profundos aromas y sutiles sabores que dejaban las cocinas de su infancia.

Esto es Olmeda Orígenes, la búsqueda de los mejores productos seleccionados de la España rural.

Un homenaje a un pueblo que simboliza la riqueza de la tradición culinaria española.

En Olmeda de las Fuentes, el pan sabe a la harina recién horneada, el tomate a las manos que lo cultivan, la carne a los pastos de primavera y el queso a nata.

La buena cocina es sencilla y eso es lo que buscamos: Orígenes de un pueblo que no necesita gastar demasiado para comer lo mejor de su tierra.

Mi padre decía que el alma hay que buscarla en el origen.

Mi padre tenía razón.